El coaching es para ti si sientes que estás listo para pasar al siguiente nivel en tu vida personal o profesional, pero no sabes exactamente cómo hacerlo o por dónde empezar.
Si te haces preguntas como:

• “¿Estoy aprovechando todo mi potencial?”

• “¿Por qué siento que me falta claridad o dirección?”

• “¿Cómo puedo avanzar con más foco, motivación y equilibrio?”

Entonces sí: el coaching es para ti.

A través de un proceso estructurado, confidencial y 100% personalizado, trabajarás en definir tus objetivos, eliminar bloqueos y construir un camino alineado con tus valores, prioridades y visión de éxito.

No necesitas estar «mal» para empezar un proceso de coaching. Solo necesitas estar comprometido contigo mismo y con el cambio que deseas.

Un proceso de coaching suele tener una duración de entre 8 y 12 sesiones, dependiendo de tus objetivos. En mi caso, trabajo con procesos de 10 sesiones (aproximadamente 3 meses), o con una modalidad mensual para quienes desean acompañamiento continuo. Cada sesión dura entre 60 y 90 minutos, y se agenda con una frecuencia semanal o quincenal, según tu disponibilidad.

Resultados concretos, si tú estás comprometido con el proceso. Entre ellos:

• Mayor claridad sobre lo que quieres y cómo conseguirlo

• Mejora en tu organización, foco y gestión emocional

• Decisiones alineadas con tus valores y visión

• Confianza para avanzar con determinación

• Herramientas prácticas para sostener tu evolución en el tiempo

No. Muchos comienzan el proceso sin un objetivo definido, pero con la sensación de estar estancados, desconectados o queriendo más. En las primeras sesiones trabajamos en definir tu meta, explorar tu situación actual y trazar una dirección clara y motivadora. El coaching también te ayuda a descubrir lo que realmente quieres.

La mejor forma de saberlo es a través de una primera sesión exploratoria. En esa sesión hablamos de ti, de tus objetivos, de cómo trabajo y resolvemos tus dudas. El vínculo entre coach y cliente es clave, y debe basarse en confianza, honestidad y respeto. Si encajamos, lo sentirás desde el primer encuentro.